¿Ya te hiciste todas las pruebas caseras y todavía no estás segura de estar embarazada? Probablemente se deba a que no tienes ningún síntoma, con excepción de cierto malestar semejante al que sientes cuando se presenta tu menstruación.
Al mismo tiempo el huevo fertilizado finalizó un viaje que le tomó de siete a diez días hacia el útero, donde se establece en el endometrio y se divide en dos, una parte formará el embrión y la otra la placenta. Aunque tu embarazo tiene dos semanas, desde el punto de vista médico tiene cuatro, ya que el tiempo del embarazo se mide a partir de la última menstruación.
Un mundo de actividad se lleva a cabo en tu útero. A las cinco semanas, el embrión mide apenas dos milímetros, pero todos los órganos de tu bebé ya están en desarrollo, incluso las facciones –como sus ojos y sus orejas- y se forman pequeñas protuberancias donde estarán los brazos y las piernas.
A las seis semanas tu bebé medirá cuatro milímetros y conocerás que estás embarazada porque sentirás náuseas con frecuencia debido al alto nivel de estrógenos y a la rápida expansión del útero.
En esta etapa es de importancia crítica que tomes vitaminas prenatales, pues contienen muchos nutrientes importantes, incluyendo ácido fólico, el cual ayuda a reducir la incidencia de defectos en el tubo neural del embrión. Es posible que también sientas mareos, irritabilidad, fatiga y dolores de cabeza, no te preocupes, la mayoría de estos síntomas habrán desaparecido al principio del segundo trimestre.
Características Generales del Primer Trimestre
Para la séptima semana, el embrión será aproximadamente de ocho milímetros. Desde este momento semeja un bebé microscópico con cerebro, corazón y extremidades, pero su cabeza es casi del tamaño de su cuerpo, el cual debe de crecer aceleradamente.
En esta etapa puedes hacerte un ultrasonido, un procedimiento que se considera seguro para el feto en desarrollo y que, además, puede detectar el movimiento del corazón del feto. Aunque te parezca increíble, ninguna de las molestias que tienes afectan a tu bebé.
De hecho, la indigestión que padeces tiene efectos positivos para él, pues la comida viaja más lentamente por tu intestino, lo cual te ocasiona problemas gastrointestinales pero, al mismo tiempo, hace que se absorban mejor los nutrientes que el feto aprovechará. Para aliviar un poco tus molestias, usa ropa holgada e ingiere frecuentemente comidas pequeñas.
A las nueve semanas tu bebé medirá entre 1.25 cm y 2.5 cm y pesará casi un gramo. Aunque no sientas sus movimientos, se encontrará muy activo. Ya se ha definido como niño o niña, pues se habrán formado sus testículos o sus ovarios, aunque no es posible determinar su género por ultrasonido, pues sus genitales externos no se han formado.
Lamentablemente la mayoría de los abortos suceden en el primer trimestre, sin embargo, la identificación del latido cardiaco es una buena señal, ya sea con el estetoscopio del médico o por ultrasonido.
Al final de tu primer trimestre, el bebé medirá 7.5 cm y pesará 14 gramos. Ya tendrá la capacidad para tragar, absorber y excretar líquidos. Sus manos ya están formadas y comienzan a crecerle las uñas, incluso ya tiene el germen para sus dientes. La 12ª semana es importante, porque la placenta se hace cargo de la producción de hormonas. Para la 13ª semana, las cuerdas vocales ya están prácticamente formadas.
El primer trimestre puede ser difícil, tanto desde el punto de vista físico como del emocional. Tu cuerpo es responsable de una gran hazaña: formar los órganos y el complicado circuito cerebral de un nuevo ser humano.