03/05/2012 12:51h
Muchas parejas que enfrentan la infertilidad o la esterilidad padecen emociones que en muy poco tiempo pueden empezar a mostrar señales de estrés. En algunas mujeres el pensamiento de su infertilidad es constante; viven obsesionadas y resentidas, y no soportan la cercanía de otras mujeres y sus hijos, aunque sean sus familiares más cercanos.
Fisiológicamente estas señales incluyen incremento del ritmo cardiaco y de la presión arterial, palmas de las manos húmedas y vasoconstricción periférica (extremidades frías). Estos signos iniciales de estrés son consecuencia de la angustia. Si estas señales continúan por algún tiempo, quienes las padecen pueden desarrollar otros síntomas crónicos como insomnio y depresión.
Tales señales, tanto las tempranas como las crónicas, deben alertar a la pareja acerca de que el estrés generado por la infertilidad puede necesitar atención específica. Si ya te encuentras en esa situación, es importante que trates de combatir el estrés. Tanto en el hombre como en la mujer, el estrés crónico puede provocar decremento en las funciones hormonales y con ello desencadenar ovulación y producción de esperma anormales. La frustración por un tratamiento no exitoso también puede provocar un sentimiento de desesperanza e infelicidad, lo cual con frecuencia lleva a un apresurado e inapropiado juicio acerca de los tratamientos para la infertilidad.
Algunas parejas, aun después de un relativamente corto período de infertilidad, pueden verse tan presionadas por su deseo de tener hijos, que optan por terapias que abarcan mucho más allá de lo necesario. En realidad, es necesario plantear bien los problemas, trabajar en ellos y resolverlos apropiadamente. Reconociendo la vulnerabilidad al estrés y sus consecuencias en las parejas estériles o infértiles, muchos programas disponen de consejeros para discutir estos asuntos.
Las parejas que enfrentan esterilidad o infertilidad con frecuencia encaran sus frustraciones echándose la culpa uno al otro. La armonía marital depende de la comunicación y de la capacidad de proveer sostén y consuelo recíprocos. Los consejeros matrimoniales pueden ayudar a estas parejas. La oportunidad de discutir abiertamente tus frustraciones, y la posibilidad de interesarte en otros en circunstancias similares, confirma tus sentimientos y muy a menudo te ayuda a resolver la crisis que viven tú y tu pareja.
La práctica regular de ejercicio y de técnicas de reducción de estrés son de mucho provecho, pues te convierten en participante activo de tu atención médica y del plan de tratamiento, además te proporciona un buen grado de control acerca de tu situación, por lo que generalmente es benéfico. Es necesario que la pareja que sufre el problema de infertilidad esté muy unida, que ambos se apoyen, y que compartan todos sus sentimientos.
Y mientras se lleva a cabo su tratamiento médico, deben desarrollar un plan de contingencias en el caso de que el auxilio médico no dé los resultados esperados. Pero tampoco es recomendable que la pareja se endeude más allá de sus posibilidades económicas buscando la solución a sus problemas. En ese caso extremo, quizá sea más conveniente considerar la adopción, pero incluso esta posibilidad requiere de una decisión muy meditada.