Durante este período tu bebé comenzará a despojarse de algunas células de su propia piel, las cuales flotarán en el líquido amniótico.
Este proceso es muy importante, ya que en caso de que decidas hacerte una amniocentecis, estas células podrán utilizarse para determinar con mayor precisión el estado cromosómico de tu bebé. Sólo hasta este momento un número suficiente de células serán una fuente confiable sobre el estado de los genes de tu bebé. Por esta razón dicha prueba no es recomendable antes de la semana 15 de gestación.
La placenta continúa creciendo y produciendo las hormonas necesarias para que el desarrollo del bebé siga su curso y tu útero y tus pechos continúen creciendo.
Para este momento, la placenta ya ha formado una barrera que será capaz de debilitar el efecto de cualquier sustancia médica, así como el de sustancias tóxicas como la nicotina y el alcohol que pudieras consumir.
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