Cada vez aparecen más estudios que constatan la perjudicialidad de los productos ultraprocesados y la comida basura para nuestra salud.
Son el inicio de muchísimas enfermedades y, si queremos empezar a tener una vida saludable, lo primero que debemos hacer es empezar a comer el máximo de comida real posible. Y esto es también lo que debemos transmitir a los más pequeños, para que elaboren una dieta sana desde sus primeros años en el mundo.
Es uno de los grandes desafíos modernos, lograr que los más pequeños dejen de lado el bombardeo publicitario de las grandes cadenas de comida rápida, para pasar a tener una alimentación más nutritiva, pero sobre todo, más saludable.
Pasa que la mayoría de los ingredientes de la comida considerada “chatarra” suelen ser muy nocivos para los más pequeños.
El problema radica en que contienen grandes cantidades de lípidos, azúcar refinada y harinas blancas, un combo que de acuerdo a la mayoría de los especialistas del mundo, es un ticket garantizado al aumento de peso y a problemas como la diabetes, además de otras enfermedades asociadas al sobrepeso y obesidad.
Lucha contra los ultraprocesados
Para sumarle más desafíos, la comida insalubre suele ser además muy adictiva, por lo que una vez que los chicos estén “enganchados” con eso, será muy difícil sacarlos.
En algunos países están considerando denominar a estos productos como una droga más, al mismo nivel que el alcohol o las más duras. La decisión se sostiene en los argumentos de decenas de investigadores, que apuntan a la comida chatarra como culpable de la moderna epidemia de diabetes.
Veamos qué podemos hacer para lograr que los más chicos coman de forma saludable:
1. Involucrarlos en los procesos
Una buena forma de lograr que les gusten las verduras y las frutas, es que tomemos un pedazo de tierra y les enseñemos a plantar y cosechar. Tiene mucho más emoción para los más chicos cocinar sus vegetales y probar sus frutas. Un muy buen ejercicio es hacerlos parte del proceso de la cocción, averiguando qué ingredientes harían su comida más deliciosa.
2. Dar el ejemplo
Los niños miran con mucha estima a los padres, sobre todo si su crianza es en un contexto saludable. Es por eso que no querrán seguir una dieta que difiere de la de sus padres, no cuesta nada hacer el esfuerzo y no nos vendrá para nada mal dejar las carnes y productos grasosos en pos de vegetales.
Existen excelentes recetas que aportan grandes cantidades de proteínas y bajas calorías, sin los subproductos como las grasas.
3. Preparar batidos y licuados
Son muy sabrosos y pueden contener tanto frutas como verduras. Zanahoria con frutillas, banana con frutas finas y nueces, las combinaciones son casi infinitas.
Es muy buena oportunidad para experimentar y encontrar lo que más les guste a ellos, sumar semillas como chía o lino serán muy buen aporte de Omega-3, ácido graso indispensable para su salud neuronal.
4. Noche de delivery
Claro que algún que otro fin de semana o noche ajetreada no tendremos tiempo o ganas de cocinar. Es ahí donde el delivery juega un papel fundamental, pero ¿estamos obligados a comer algo grasoso como una pizza o hamburguesa?
La respuesta es no, podemos conseguir platos más saludables en sitios como PedidosYa que contienen toda una sección sobre comida sana como ensaladas. De esta forma será mucho más sencillo conseguir algo más nutritivo para nuestros hijos, con todo el sabor y pasión que los chefs le ponen a su comida.
¿Cuál de estas recomendaciones para hacer que los chicos coman es tu favorita?
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