Recetas para Cuaresma

Recetas para Cuaresma

La cuaresma se caracteriza por ser un período de cuarenta y seis días, que van desde el miércoles de ceniza hasta la víspera del domingo de Resurección, en el que algunas iglesias cristianas tienden a preceptuar ciertos días de ayuno y penitencia en memoria de los cuarenta días que Jesús ayunó en el desierto.

Es una época religiosa muy popular en nuestro país, así como en otros países del mundo, donde es muy común celebrarlo junto con la elaboración de diferentes recetas de cuaresma, algunas de las cuales, de hecho, se caracterizan por ser tremendamente tradicionales, populares y conocidas.

Si te gusta esta época tanto como a nosotros, y también te apasiona la gastronomía y la cocina, y disfrutar de recetas tradicionales típicas, te ofrecemos a continuacion una serie de recetas tradicionales ideales para hacer y disfrutar en Cuaresma.

Garbanzos con espinacas

Si existe un plato tradicional por excelencia donde los haya, especialmente durante la celebración de esta festividad religiosa, los garbanzos con espinacas se caracterizan, de hecho, por ser una de las opciones más deliciosas y tradicionales.

Ingredientes:

  • 650 g de garbanzos cocidos
  • 1/2 taza de agua
  • 250 g de espinacas
  • 3 cucharadas de pimentón dulce
  • 1 cabeza de ajo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal marina

Elaboración:

Comenzaremos pelando las cabezas de ajo y cortándolos en cubitos. Luego, los ponemos en una cacerola a fuego medio con aceite de oliva virgen extra, y los cocinamos hasta que se doren.

Una vez se hayan dorado los ajos procedemos a añadir el pimentón dulce, removemos, y añadimos las espinacas después de haberlas picado finamente. Añadimos agua, sal al gusto y cocinamos durante 5 minutos más.

Pasado este tiempo, agregamos los garbanzos cocidos, removemos bien para que se mezclen con el resto de los ingredientes, añadimos más aceite de oliva en caso de ser necesario (o más pimentón dulce o sal), y cocinamos durante 5 minutos más.

Como vemos, se trata de una receta bastante simple y sencilla de elaborar, pero cuyo resultado es tan delicioso como exquisito.

Guiso de bacalao con patatas

Si sueles celebrar la cuaresma es muy probable que ya sepas que, durante esta época del año, el consumo de carne se sustituye por el pescado. De hecho, el bacalao  se caracteriza por ser uno de los platos estrella de esta festividad. En esta ocasión te proponemos hacer un exquisito guiso de bacalao con patatas, tan delicioso como sencillo de hacer.

Ingredientes:

  • 1 filete grande de bacalao
  • 1 puerro
  • 2 dientes de ajo
  • 1/2 cebolla
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1 papa grande
  • 2 1/2 taza de caldo de pescado
  • 1/2 taza de vino blanco
  • 1/2 cucharadita de tomillo seco
  • 2 ramitas de romero fresco
  • Pimienta negra recién molida
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal marina (al gusto)

Elaboración:

Lavamos bien tanto el puerro como el pimiento rojo, y los cortamos finamente, retirando eso sí las semillas que encontraremos en el interior del pimiento rojo. Picamos ahora finamente los dientes de ajo, y cortamos también finamente la cebolla. Pelamos la papa y la cortamos en pequeños cuadrados.

Ponemos a fuego medio el aceite de oliva virgen extra en una olla grande, y cuando esté caliente añadimos la cebolla y el ajo picados, y cocinamos durante 2 minutos. Pasado este tiempo, añadimos los puerros en rodajas y cocinamos otros 3 minutos más. Añadimos los pimientos rojos picados y cocinamos hasta que estén tiernos, alrededor de 3 minutos más aproximadamente. Agregamos ahora las papas, salpimentamos al gusto, y añadimos también el tomillo seco, el vino blanco y subimos a fuego medio-alto, mezclando bien y dejando que el vino se haya evaporado completamente.

Cuando esto ocurra, añadimos el caldo de pescado y una ramita de romero fresco, y dejamos que hierva. Una vez haya hervido, bajamos a fuego lento y tapamos, cocinando durante 25 minutos.

Ahora le toca el turno al filete de bacalao. Lo sazonamos con sal marina, añadimos pimienta negra molida y lo cortamos en cubos pequeños.  Pasado el tiempo de cocción, añadimos el bacalao cortado, mezclamos con suavidad, tapamos y dejamos cocinar durante 10 minutos más.

Torrijas de leche

Llegando al momento de los postres, no hay duda que las torrijas, también conocidas habitualmente con el nombre de torrijas de leche se caracterizan por ser algunos de los dulces típicos de cuaresma y Semana Santa más populares (y deliciosos). De hecho, consiste en un postre típicamente español, que se elabora a partir de pan duro, leche, huevo y canela molida.

Ingredientes:

  • 6 rebanadas de pan duro
  • 3/4 taza de leche entera
  • 1 huevo
  • 1/8 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1/4 taza de canela molida (para espolvorear)
  • Aceite de girasol (para freír)

Elaboración:

Lo cierto es que la elaboración de este postre se caracteriza por ser bastante sencillo. Comenzaremos vertiendo la leche en un cuenco pequeño, añadimos el huevo y batimos ligeramente hasta que los ingredientes se mezclen. añadimos el extracto de vainilla y volvemos a mezclar de nuevo.

Vertemos aceite de girasol en una sartén, y dejamos que se caliente mientras tanto a fuego medio.

En caso de usar pan duro, debemos remojar cada rebanada en la mezcla de leche y huevo, dándole la vuelta rápidamente para que se remoje bien por ambos lados, y con cuidado de no quemarnos, la freímos por ambas partes en la sartén.

Retiramos con cuidado la torrija frita de la sartén, y volvemos a repetir el proceso, escurriendo bien, eso sí, cada rebanada de pan de la mezcla de leche. 

Si lo deseas, para terminar, puedes rebozar las torrijas de leche por azúcar, y espolvorear un poco de canela molida por encima.

Potaje de cuaresma

Potaje de cuaresma
Potaje de cuaresma, también conocido como Potaje de Vigilia | iStock

También conocido con el nombre de potaje de vigilia, se caracteriza por ser otro de los platos de caldo tradicionales de esta festividad religiosa.

Ingredientes:

  • 300 g de garbanzos
  • 280 g de bacalao desmigado
  • 1 manojo de espinacas frescas
  • 2 puñados de arroz blanco
  • 1 huevo batido
  • 1 cebolla
  • 3 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1/2 cucharada de harina
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Sal marina
  • Aceite de oliva virgen extra

Elaboración:

Comenzaremos poniendo, la noche anterior, en remojo los garbanzos en agua caliente con una pizca de sal. Lavamos el bacalao desmigado y lo dejamos en remojo en un bol con agua, esta vez en la nevera. Al día siguiente, pelamos la cebolla y la cortamos en cuartos, y procedemos también a pelar los ajos.

En una olla extrés, añadimos los garbanzos, la cebolla, los dientes de ajo, la hoja de laurel y una pizca de sal. Cubrimos con agua y ponemos a cocer, desespumando de vez en cuando, cuando sea necesario. Luego, tapamos la olla y cocinamos a fuego bajo durante 15 minutos. Mientras tanto, lavamos y limpiamos bien las espinacas, que debemos escaldar en agua hirviendo durante un minuto, lavar bajo el agua fría, escurrir y reservar.

Cuando hayan trascurrido 15 minutos de la cocción con la olla, retiramos del fuego y dejamos que se haya templado antes de proceder a abrilla. Luego, añadimos las espinacas y el bacalao tras haberlo escurrido bien. Removiendo con cuidado, añadimos el arroz, volvemos a colocar al fuego, y cocemos sin tapar la olla durante 15 minutos más, a fuego medio-bajo eso sí.

Mientras tanto, en una sartén preparamos el sofrito a base de aceite de oliva, harina y pimentón dulce. Luego, vertemos con un cuidado un poco del caldo de la cocción, removemos bien y procedemos a añadirlo a la olla. 

Añadimos ahora el huevo batido, removemos con cuidado y, en caso de ser necesario, rectificamos el punto de sal. Finalmente, dejamos cocinar otros cinco minutos. Pasado este tiempo, apagamos el fuego y reservamos.

La mayoría de los cocineros aconsejan disfrutar de este tiempo al día siguiente, que es cuando el potaje ha conseguido integrar todos los sabores y aromas, de ahí que sea siempre ideal hacerlo siempre el día anterior.

Rosquillas fritas

Aunque es cierto que las rosquillas fritas pueden disfrutarse durante prácticamente cualquier momento del año, no hay duda que no pueden faltar en cualquier festividad religiosa, como la Semana Santa o la cuaresma.

Ingredientes:

  • 2 tazas de harina
  • 1/2 taza de azúcar
  • 1 cucharada de levadura en polvo
  • 2 cucharadas de mantequilla derretida
  • 1/2 taza de leche entera
  • 1 huevo batido
  • 1 pizca de nuez moscada molida
  • 1/4 cucharadita de canela molida
  • 1 cucharadita de sal
  • Aceite de girasol (o aceite de oliva virgen extra)

Elaboración:

En primer lugar ponemos el aceite a calentar en una sartén, a fuego medio (para que no se caliente demasiado).

En un cuenco grande, tamizamos la harina, la levadura en polvo, el azúcar, la sal, la nuez moscada y la canela molida, y mezclamos bien. Ahora, mezclamos con la mantequilla hasta conseguir que se desmorone.

Luego, añadimos la leche y el huevo, y volvemos a mezclar hasta que la masa quede bien suave. Luego, amasamos ligeramente. Ahora vertemos un poco de harina en una superficie limpia, y enrollamos y damos palmaditas a la masa con la finalidad de trabajarla ligeramente.

Enrollamos nuevamente y, con la ayuda de un rodillo, aplanamos la masa ligeramente. Luego, puedes usar un cortador de rosquillas o cortadores de galletas redondos para darle forma a tus rosquillas. También puedes hacerlo con las manos, cortando masa en función del tamaño de las rosquillas.

Finalmente, cuando el aceite esté caliente, añádelas en la sartén con cuidado de no quemarte, y fríe durante 3 minutos por cada lado, o hasta que ambos lados estén dorados. Para terminar, escurre bien el aceite sobre un plato con servilletas de papel absorbentes y, cuando se hayan enfriado completamente, rebózalas con azúcar.

Huesos de Santo

Los huesos de santo  son, junto con las torrijas de leche, otro de los dulces típicos tradicionales de cuaresma y Semana Santa, que, además, suelen disfrutarse incluso durante la festividad de Todos los Santos. Su elaboración, al igual que las torrijas, también se caracteriza por ser bastante sencilla y simple.

Ingredientes:

  • 60 g de almendras crudas y peladas
  • 30 g de agua
  • 70 g de azúcar granulada
  • 2 yemas de huevo
  • 14 g de azúcar glas (para espolvorear)

Elaboración:

En primer lugar debemos comenzar haciendo el mazapán. Para ello, molemos bien las almendras hasta obtener un polvo lo más fino posible; una buena solución es procesarlas en el procesador de alimentos. Una vez hecho esto, las reservamos.

Vertemos ahora 14 gramos de agua y 40 gramos de azúcar granulada en una cacerola, calentamos a fuego alto y dejamos que hierva mientras removemos hasta que el azúcar se haya disuelto. Luego, retiramos del fuego y añadimos las almendras molidas, mezclamos, reservamos y dejamos que se enfríe. Una vez frío al tacto, reservamos en la nevera durante 30 minutos.

Pasado este tiempo, espolvoreamos sobre una tabla de madera la suficiente cantidad de azúcar glas, colocamos el mazapán arriba y volvemos a espolvorear un poco de azúcar glas por encima. Lo extendemos hasta obtener un grosor de alrededor de medio centímetro, y lo cortamos en cuadrados de alrededor de entre 2 centímetros a 1,2 centímetros. Con la ayuda del mango de una cucharada de madera, envolvemos el mazapán y lo presionamos bien para sellarlo, formando una especie de pequeño tubo. Lo retiramos con cuidado y los vamos colocando en una bandeja de horno.

Para hacer el relleno, calentamos 3 tazas de agua en una acacerola mediana. Mientras, vertemos 14 gramos de agua y 28 gramos de azúcar en una cacerola pequeña, y dejamos que hierva hasta formar un almíbar.

Añadimos los huevos en un recipiente resistente al calor, y los batimos. Una vez conseguido el almíbar, lo vertemos lentamiente sobre los huevos mientras revolvemos con la ayuda de un tenedor o una batidora manual de alambre. Vertemos ahora el agua hirviendo, y continuamos removiendo hasta que se vuelva tan espeso como un pudín.

Colocamos el relleno de yema en una manga pastelera, y rellenamos cada tubo de mazapán. Servimos y a disfrutar.