Cuidando plantas domésticas

Consejos para el cuidado de las plantas

En ocasiones, para cuidar nuestras plantas domésticas no se necesita más que saber qué hacer en todo momento. Te descubrimos algunas pautas básicas.

Cuidando plantas domésticas
Seguir una serie de pautas y consejos básicas ayudarán a cuidar nuestras plantas domésticas. |

Especialmente cuando no estamos seguros de por dónde empezar, aún cuando en un primer momento podemos creer que es sencillo, simple y fácil, en muchas ocasiones el cuidado de las plantas puede acabar convirtiéndose en una tarea tan ardua como complicada, especialmente en aquellos momentos en los que queremos conseguir los mejores resultados posibles.

Independientemente tengamos un jardín o una pequeña planta de interiores,  el cuidado de las plantas es muy importante para saber cómo conservarlas de la mejor manera y evitar que se nos mueran prematuramente. Tener en cuenta detalles claves, puede hacer la diferencia de que sobrevivan o mueran rápidamente.

En este orden de ideas, las plantas son elementos esenciales de la decoración tanto de interiores como de exteriores de nuestro hogar, además de darle un toque de frescura a la casa, por su verdor y formas exóticas. Por eso consideramos necesario y primordial el conocimiento básico del cuidado de las plantas, que nos permita saber qué hacer y cuándo, para prolongar su tiempo de vida.

Lo primero de todo: la importancia de examinar bien las plantas antes de comprarlas

Es muy habitual encontrarnos en el invernadero y comprar la planta que más nos guste, simplemente fijándonos en algunos pequeños detalles, como es la apariencia de sus plantas y / o flores, y si básicamente se encuentra o no en buen estado. Pero, en ocasiones, esto no es del todo suficiente.

De hecho, una de las formas más simples de limitar muchas de las plagas y enfermedades en nuestro jardín o terraza es, evidentemente, evitar introducirlas. Por lo que es aconsejable echar un vistazo a la planta que vayamos a comprar, antes de llevarla a casa. No se recomienda escoger aquellas que tengan insectos, tallos podridos o puntos muertos.

El motivo es más que evidente: muchos de estos problemas pueden terminar extendiéndose fácilmente a muchas plantas sanas. Y, una vez establecidos, es difícil deshacerse de ellos.

Además de revisar la parte superior de las plantas, es recomendable inspeccionar la calidad de las raíces, algo que debería ser, en realidad, bastante común. Es tan simple como colocar nuestra mano sobre la superficie del suello con el tallo de la planta entre los dedos, invertir con suavidad la maceta contra  una superficie sólida, para soltar las raíces de la maceta, y observarlas. Es fundamental que las raíces sean firmes, generalmente blancas y espaciadas. En cualquier caso, se deben evitar plantas con raíces oscuras o blandas, ya que por lo general no suelen presentar buenas señales.

No abusar del agua

Si regamos las plantas conmucha agua o muy seguidamente, es muy probablemente que saturemos a la planta, ahogándola sin permitirle respirar. Otro motivo por el cual abusar del agua es contraproducente en el cuidado de las plantas, es porque el agua escurre en exceso sobre la tierra, lo que ocasiona restarle a la tierra, su concentración de minerales, así que solo debes usar lo necesario.

No en vano, es mejor regar las plantas debajo del agua, que hacerlo en exceso, dado que demasiada agua puede acabar originando que la raíz se pudra, y esto es algo que, evidentemente, no deseamos hacer, ya que la planta acabará muriendo tarde o temprano. 

Es recomendable, primero, revisar bien la tierra para aseí asegurarnos de que se encuentra seca, sobre todo al menos entre 2 a 4 centímetros por debao de la superficie. Pero si observamos que la tierra se encuentra oscura, la sentimos humeda o se adhiere a nuestro dedo, significa básicamente que nuestra planta cuenta, por el momento, con la suficiente cantidad de agua, por lo que no es muy adecuado volverla a regar de nuevo.

Cuidado con la frecuencia con la que se riegan las plantas

Además de no abusar de la cantidad de agua que tendemos a usar a la hora de regar nuestras plantas, también debemos tener en cuenta otro detalle importante: la frecuencia con la que las regamos también cambiará a lo largo del año. Por ejemplo, es común que las plantas necesiten menos agua durante los meses de invierno, momento en el que suele ser habitual que crezcan más lentamente, puesto que los días se caracterizan por ser más cortos y, además, la luz solar es mucho menos intensa.

No ocurrirá lo mismo en verano, o en aquellos días en los que haga calor, ya que la tierra se secará mucho más rápido, por lo que es normal que en esta etapa sí necesiten un poco más de agua. Pero, ¿cómo identificar cuando la planta necesitaría agua? Muy sencillo: las hojas marchitas, o el propio suelo seco, serán signos de que la planta está originalmente sedienta.

Utilizando agua tibia

Quizá te sorprenda descubrirlo, pero ¿sabías que el agua tibia suele absorberse mucho  mejor, en comparación con el agua fría? Es muy habitual dirigirnos al chorro del fregadero y poner en el interior de la regadera agua fría. Sin embargo, el agua tibia funciona mucho mejor.

Eso sí, no es necesario calentarla ligeramente o esperar a que el agua fría se convierta en tibia. Basta simplemente con verter agua directamente en el suelo, alrededor de la base de la planta, lo que ayudará muchísim, ya que las plantas tienden a absorber mejor el agua de sus raíces. Aunque la única excepción la encontraríamos en las plantas epífitas, como es el caso de las plantas aéreas, puesto que también necesitan agua en sus hojas.

Bastará con usar un plato debajo de la maceta, y cuando la reguemos, dejarla en remojo durante algunas horas. 

Elevando los niveles de humedad

Mantener a la planta fiel, lo máximo posible, a su entorno natural ayudará a que prospere adecuadamente en el interior. Por ejemplo, la mayoría de helechos, orquídeas y plantas tropicales prefieren una humedad más elevada, así como la luz indirecta, entre brillante a moderada. Si tenemos algunas de estas plantas, basta con rociarlas entre riegos, con agua filtrada, eso sí.

Luego, durante los meses secos propios del invierno, es recomendable agrupar las plantas que sean similares, lo que ayudaría positivamente a la hora de crear un microclima mucho más húmedo. Eso sí, un humidificador también podría ser de muchísima ayuda.

No obstante, en caso de que dispongas de plantas propias del desierto, como podría ser el caso de un cactus, lo ideal es optar por aire seco, luz brillante y directa sin sombra.

Limpiar las hojas de las plantas de interior

Para un buen cuidado de las plantas, es necesario sacar el polvo a las hojas. Limpiarlas con continuidad, significa mantenerlas  lejos de los parásitos y permitir que respiren. Esto a su vez ayuda a evitar que las hojas sean víctimas de hongos que están en el aire y que se transportan en el polvo. Además así siempre lucirán brillantes y con un verde intenso.

Fertilizar

Esto es muy importante para el cuidado de las plantas, ya que así estamos  estimulando su crecimiento. Debemos fertilizar las plantas, en función de aportar vitaminas y minerales como el «hierro, magnesio, boro y zinc» aunque siempre hay que hacerlo teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada especie y de cada tipo de planta.

No obstante, debemos tener cierto cuidado, ya que demasiado fertilizante puede acabar haciendo más daño que bien. Es lo que ocurre, por ejemplo, con las plantas de interior, puesto que en realidad no necesitan fertilizantes con tanta frecuencia como podríamos llegar a pensar en un primer momento, en especial si las comparamos con las plantas de exterior.

Pero si escogemos fertilizar una planta, es mucho mejor hacerlo durante la temporada de crecimiento, la cual oscila entre principios de la primavera y principios del otoño. Además, se recomienda encarecidamente seguir la siguiente regla: menos es más. De hecho, la mayoría de los diferentes fertilizantes que podemos comprar en tiendas deben ser diluidos en agua antes de cada uso.

Curar tallos herido o cortados

No todo el mundo conoce este truco para el cuidado de las plantas, pero es muy útil para  rescatar una planta que esté en posible riesgo de morir y que queramos recuperar. Es muy común, sobre todo en las plantas ubicadas en los exteriores, que los  tallos se quiebren. Para ello debemos tomar un poco de  cera caliente, para cubrir la zona herida y quebrada. Así estamos evitando que el tallo pierda agua y nutrientes por el corte y se regenere más fácilmente.

Espantar insectos

Los insectos como las hormigas, pueden ser mortales para el cuidado de las plantas ya que mucho de esos animales y criaturas, se comen las hojas de las plantas, matándolas poco a poco. Para ello no es recomendable el uso de insecticidas, ya que eso corroe tanto al depredador como a la planta. Así pues, una buena idea es colocar hierbas aromáticas como jazmín u orégano, lo que espanta a la mayoría de los insectos innecesarios.

Quitar los pulgones

Al igual que hay trampas ecológicas para mosquitos, también existen  remedios para los molestos pulgones, que nos ayudan simultáneamente al cuidado de las plantas, ya que así evitamos que estas criaturas se alimenten de esta, alargando su tiempo de vida. Si vemos que estos insectos empiezan a invadir y a afectar el cuidado de las plantas, utiliza un chorro de agua con jabón para removerlos.

No hay que tener miedo de trasplantar la planta 

Existe un concepto muy erróneo en el que se relaciona trasplantar una planta con la necesidad de colocarla en una nueva maceta. Sin embargo, la realidad es diferente, ya que en muchas ocasiones trasplantar básicamente significa cambiar la tierra de la planta por otra mezcla mucho más fresca. Lo que no es lo mismo que cambiarla de maceta.

Es decir, podría ser suficiente con retirar la planta de la maceta momentáneamente, reservándola a un lado, cambiar la tierra por tierra mucho más fresca y nueva, y volverla a colocar en la misma maceta donde ya se encontraba (pero, obviamente, con una nueva tierra).

Las plantas nuevas, además, deben ser trasplantadas en algún momento, por lo que siempre se les debe proporcionar la tierra lo más fresca posible.

Eliminar los parásitos

Si tenemos un huerto o simplemente una  planta de interiores, podemos darnos cuenta de si los  parásitos están atacando a nuestra mata. Nos daremos cuenta si afectan a nuestro cuidado de las plantas por si le encontramos manchas en las hojas. Una efectiva idea es clavar fósforos cabeza abajo, para que el  azufre los vaya destruyendo poco a poco, sin atacar directa o indirectamente la vida de la mata y contribuyendo en el cuidado de las plantas. 

Conocer bien las plantas

Como bien dijimos anteriormente al momento de hacer referencia de la cantidad correcta de agua, es necesario conocer los tipos de plantas que tenemos y a las que les debemos cuidado, ya que cada especie tiene  necesidades y exigencias diferentes que debemos atender. Por eso, recomendamos agrupar las plantas similares, para saber cada cuanto regar, fertilizar o fumigar, a cada grupo. Midiendo sus condiciones de luz y temperaturas. Hay que informarse y preguntar antes sobre el adecuado cuidado de las plantas antes de llevárnosla a casa.