¿Alguna vez te has preguntado qué es esa sustancia blanca y grasosa sobre la piel de los recién nacidos?
A partir de esta semana, las glándulas sebáceas de la piel de tu bebé comenzarán a segregar una sustancia espesa cerosa llamada vérnix caseosa, que protegerá su piel hasta el nacimiento.
Esta sustancia quedará estratégicamente colocada entre el líquido amniótico y la piel del bebé para actuar como defensa contra bacterias y hongos y protegerlo de infecciones dentro del útero.
Además, el vérnix contiene vitamina E, por lo que también protegerá al bebé de los daños que pudieran ocasionarle el oxígeno o las radiaciones ultravioleta.
Otra función del vérnix es mantener la piel del bebé aislada del agua y permitir la formación del estrato córneo, -la capa de piel definitiva- el cual necesita un ambiente seco para completar su desarrollo.
Tu bebé ha comenzado a producir jugos gástricos que le ayudan a absorber el líquido amniótico y pasarlo a sus riñones, donde se filtra para ser devuelto al saco amniótico.
En esta semana podría alcanzar los 15 centímetros y llegar a pesar 200 gramos.
Sabías que…
El volumen de sangre de tu circulación sigue creciendo de forma continua y en esta semana será de casi 5 litros, un aumento necesario para proveer a todos los órganos de tu cuerpo que ahora están trabajando más de lo normal. Tu útero recibirá la mayor cantidad de este riego sanguíneo, lo que es fundamental para alimentar la placenta y proporcionar el oxígeno y los nutrientes suficientes para el desarrollo adecuado de tu bebé. Habrá medio litro de sangre adicional que continuará llegando a tus riñones cada minuto por el resto del embarazo.
También una proporción mayor de la normal de tu flujo sanguíneo llegará a tu piel y membranas mucosas, cuyos vasos sanguíneos se habrán dilatado para recibirla. Esta es una de las razones por las que las mujeres embarazadas tienen congestión nasal, sienten más calor, sudan más y se sienten mareadas durante el embarazo.
¿Quieres saber más sobre tu embarazo?