Representación gráfica de la evolución del feto
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Representación gráfica de la evolución del feto

Aunque la frase pudiera parecer trillada, no hay nada como la mano de un recién nacido tomando el dedo meñique de un adulto. Esa es, sin duda, la imagen perfecta para poder comprender lo indefenso que es un bebé.

Sin embargo, a lo largo de tu embarazo, sus manos también han sido prueba de los grandes cambios y evoluciones que ha tenido: primero eran una especie de aletas en las que ni siquiera era posible diferenciar los dedos, después éstos comenzaron a formarse al igual que las yemas, aparecieron las huellas digitales para finalmente llegar a tener la capacidad de hacer un puño.

En esta semana sus manos, desde hace tiempo fácilmente reconocibles, comenzarán a detallarse y podrán observarse los surcos en sus palmas y unas uñas perfectamente formadas.

Aunque el espacio dentro de la cavidad uterina es cada vez más limitado –tu bebé mide 25 cm y pesa 1.100 kilos-, aún queda sitio suficiente para que tenga bastante movimiento y cambie de postura por completo.

Además, el líquido amniótico ya no se produce al mismo ritmo que hace unas semanas, motivo por el cual los movimientos no estarán tan “amortiguados” y podrás notarlos mucho más que antes.

En esta etapa también será muy normal notar grandes oscilaciones en la forma de tu abdomen cuando el bebé cambie de posición. A algunas mujeres les preocupa sufrir algún daño o que su bebé se lastime, pero nada de esto sucederá pues a pesar de los cambios, aún hay bastante líquido para protegerlo y la gruesa pared muscular de tu útero evitará daños en tus órganos internos.

Tips

  • Ten siempre en cuenta que no existe un número correcto de patadas que debas experimentar cada día, aunque deberías informar a tu médico sobre cualquier cambio repentino en el patrón habitual de movimiento de tu bebé.
  • No dejes de hablarle a tu bebé lo más que puedas… ¡no sabes cuánto lo disfruta!

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