Consejos para aprender a estudiar

Los mejores consejos para aprender a estudiar

¿Necesitas empezar a estudiar de nuevo y te cuesta un poco? Te explicamos algunos consejos útiles que te ayudarán a aprender a estudiar, fácilmente.

Consejos para aprender a estudiar
Aunque estudiar no es difícil, sí puede serlo encontrar la estrategia más adecuada. | iStock

Es cierto que, con bastante frecuencia, la mayoría de las personas, jóvenes y adultas, tienden a imaginar que, en realidad, las largas horas de estudio se convertirían en el mejor camino a la hora de ser un estudiante modelo, a la par que sobresaliente.

Sin embargo, la mayoría de las investigaciones dicen absolutamente lo contrario: en realidad, los estudiante de mayor éxito suelen pasar menos tiempo estudiando, en comparación con sus compañeros, simplemente porque son capaces de estudiar de manera mucho más eficaz.

Y es que es muchísimo más recomendable aprender a utilizar de forma mucho más efectiva el tiempo que se dedica al estudio, compartiendo técnicas probadas y demostradas por la investigación que son verdaderamente útiles y eficaces en este sentido, que pensar que estudiar a rajatabla durante largas horas y la memorización serán suficientes.

La importancia de estudiar menos pero con la mayor intensidad

Ahora que vivimos en la era plena de las redes sociales, y las distracciones digitales, sobre todo entre los más jóvenes (que son, además, los que más estudian), es común que tanto los propios estudiantes como los adultos lleven a cabo múltiples tareas a la vez.

No obstante, como coinciden en señalar la mayoría de estudios en este sentido, no existe la multitarea exitosa, puesto que gran parte del tiempo que invertimos en ello tiende a perderse, sobre todo, en el cambio de contexto, en el que el cerebro debe reiniciarse y reenfocarse.

Los estudiantes con mucho éxito, por lo general, han sido capaces de aprender a evitar lo que se conoce como multitarea, que significa básicamente que, en lugar de dedicar mucho tiempo a un trabajo de baja intensidad, y con numerosas distracciones, tienden a trabajar durante períodos más cortos de tiempo, pero con una mayor intensidad.

Y ello supone, además, hacerlo todo sin las distracciones típicas de tener el teléfono móvil encima de la mesa del escritorio, consultar las redes sociales cada dos por tres, o leer nuestro correo electrónico. En definitiva, el estudio es más efectivo cuando nos alejamos de hacer varias cosas a la vez, y no dirigiremos, en definitiva, a mayores logros.

Aléjate de las técnicas ineficaces

La mayoría de los estudiantes tienden a tener la costumbre de utilizar técnicas de aprendizaje que requieren mucho tiempo, y que proporcionan cierta ilusión de dominio. Por ejemplo, es común que se familiaricen con las ideas y con la información para realizar una prueba en concreto, pero pasada una semana acaban olvidándose de lo que en teoría “aprendieron”, puesto que no utilizaron técnicas eficaces que los condujera hacia el aprendizaje a largo plazo.

Estudiar durante largos períodos de tiempo, por ejemplo, se convierte en una opción muy poco recomendable, aunque creamos que estamos aprovechando el tiempo al máximo. Al igual que dedicarnos a estudiar un único tema durante un período igualmente largo de tiempo.

Repetir las frases y una otra vez con la finalidad de memorizarlas, sin llegar a entender, incluso, lo que nos está diciendo el texto es también enormemente contraproducente, a la par que sumamente poco recomendable.

Tampoco ayuda revisar un tema de manera más o menos repetida antes de pasar a otro tema, al igual que leer y releer un texto. Aún cuando resaltar o subrayar conceptos importantes, en un determinado texto, puede ser de cierta ayuda, es conveniente ir un poco más allá.

Practicar

Al igual que los músicos tienden a practicar con sus instrumentos, y los deportistas practican sus distintas habilidades deportivas, es cierto que lo mismo deberíamos aplicar al proceso de aprendizaje.

Y es que si deseamos recordar una determinada información es de vital importancia practicar

Esto significa que no solo es imprescindible aprender una determinada tarea o lesión a lo largo de las semanas, repasándola en distintas ocasiones, sino que, además, es conveniente hacer una determinada prueba con breves descansos de varios minutos entre ellas, lo que nos ayudará, incluso, a la hora de retener mejor la información.

No hay que limitarse a releer notas y libros

Con demasiada frecuencia, cuando un estudiante reele un determinado material, en realidad el aprendizaje acaba siendo muy superficial. Releer es como buscar la respuesta a un rompecabezas, en lugar de hacerlos nosotros mismos.

Sin embargo, cuando lo probamos por nosotros mismos, es conveniente releer la información volviéndola a comprender de nuevo, para saber responder mejor a lo que se nos pregunta.

El lugar donde estudiamos

Como opinan mucho expertos, el lugar que escogemos para estudiar es importante. Por ejemplo, muchos estudiantes cometen el error de estudiar en cualquier sitio, sobre todo en algún lugar que, en realidad, no favorece la concentración.

En este sentido, un lugar donde existan muchas distracciones acabará por convertirse en un área de estudio, en realidad, deficiente. Por ejemplo, podemos pensar que estudiar en nuestro dormitorio se convierte en una opción recomendada. Pero es posible que el ordenador o la televisión acaben convirtiéndose en una opción poco aconsejable.

Sin embargo, un rincón en una sala tranquila, una sala de estudio o una biblioteca pueden acabar convirtiéndose en una opción excelente.

Delineando y reescribiendo las notas

La mayoría de los estudiantes descubren que mantener un formado de esquema estándar puede ser de muchísima ayuda a la hora de reducir la información que tengamos que estudiar a sus elementos más básicos, conectando conceptos similares entre sí, lo que hace que sea más fácil recordar ese material cuando llegle el examen.

Lo fundamental a la hora de recordar los bosquejos, es que ese bosquejo solo incluye palabras como herramienta de aprendizaje, pero será de utilidad cuando esté elaborado con nuestras propias palabras y estructura.