El Museo de las Artes Decorativas de París presenta una síntesis de los más bellos desfiles de moda de la última década del siglo XX y de la primera del XXI.
A partir de mañana y hasta el 8 de mayo en la exposición "Historia ideal de la moda contemporánea".
La muestra es continuación de la inaugurada con el mismo título en marzo pasado sobre la moda más exquisita de los años 70 y 80 y, como entonces, es un resumen subjetivo de Olivier Saillard, su comisario, quien en esta ocasión ha trabajado con Bernadette Caille.
También como entonces, sólo un nombre español, el de Sybilla, figura entre los elegidos, Karl Lagerfeld para Chanel, John Galliano para Dior, Alber Elbaz para Lanvin, Jean Paul Gaultier para sí mismo, Issey Miyake, los italianos Prada y Dolce & Gabbana o los ingleses Alexander McQueen y Vivienne Westwood.
Para Olivier Saillard era importante que Sybilla, la más grande creadora española desde los años 80, cuyo trabajo "puede ser portador de esperanza para los otros creadores", estuviese presente también ahora, explicó él mismo a Efe.
Su "recorrido es suficientemente singular" como para ello, subrayó el comisario, quien, tras dedicar un gran espacio a sus creaciones el pasado marzo, fue ahora "un poco más discreto, como corresponde a su trabajo, casi de alta costura". "En estos decenios hizo un trabajo sobre el corte, con suma simplicidad, y adoptó una paleta de tonos muy precisa. Es verdaderamente una gran creadora", además de la "heredera de Balenciaga", recalcó.
Las obras de esa artista española de la moda ocupan el espacio dedicado a "los creadores autónomos e independientes", junto a modistas como Adeline André Hussein Chalayan y E2, que hacen "una especie de guerrilla a los grupos del lujo". Su paleta gráfica "no está muy lejos" y comparten además refinamiento y poesía, dijo Saillard.
Los japoneses Rey Kawakubo para Comme des Garçons, Issey Miyake y Yohji Yamamoto, "un poco más maduros", son algunas de las celebridades que también llegaron en plena forma a la década de los 90 y a la primera del siglo XXI, según Olivier Saillard.
Del primero de ellos, Miyake, destacó en particular sus famosos y copiadísimos plisados "Pleats Please", conseguidos al plisar, no la materia prima, sino el propio vestido después de su fabricación.
Otro desfile destacado de manera muy especial, con un tamaño de pantalla acorde, fue el creado en 2004 por Alexander McQueen, coreografiado de manera espectacular por Mickael Clark a partir del filme de Sidney Pollack "They Shoot Horses, Don't They?" ("Danzad, danzad, malditos, 1969).
"Una bella alegoría del mundo de la moda", sintomática de la situación de finales de los 90 y premonitoria del futuro del modisto, destacó Saillard al comentar esa presentación inspirada en el tango, en la que se ve a los maniquíes llegar, bailar y participar con un número en la espalda en un concurso, hasta terminar agotados y caerse.
En la muestra, el comisario colocó ese desfile "principal en la historia de la moda" junto a un espectacular modelo del artista británico fallecido en febrero de 2010.
La exposición, habida cuenta de que muchos creadores aparecieron en los años 90 y continuaron trabajando después del 2000, fue organizada por escuelas estilísticas, empezando por la belga, de Margiela a Ann Demeulemeester y Dries Vab Noten.
La siguieron la japonesa; los minimalistas como Helmut Lang; los expresionistas ingleses como Vivienne Westwood; y aquellos que ilustran el nuevo interés por la alta costura, como Lagerfeld para Chanel, Gaultier o Christian Lacroix, resumió.
Las creaciones de Nicolas Ghesquière para la firma Balenciaga cierran la muestra con un estilo que es como "la imagen de un nuevo lujo", refinado y "que puede ser más experimental", concluyó el comisario.
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