Mejores técnicas para estudiar

Las mejores técnicas para estudiar

¿Tienes que estudiar y no sabes muy bien por dónde empezar? Te descubrimos algunas técnicas útiles que te serán de gran ayuda.

Mejores técnicas para estudiar
Descubre cómo puedes estudiar fácilmente con estas técnicas sencillas. | Foto: Istock

¿Estoy usando los métodos correctos? ¿Podré memorizarlo y recordarlo todo? Finalmente, ¿voy a tener éxito? Estas son las preguntas que se realizan muchos estudiantes cada día. Y es que, si bien es cierto que existen métodos y consejos que pueden adaptarse a cada uno, estudiar bien es, ante todo, conocerse a uno mismo.

Ser efectivo significa saber organizarse bien, y escoger métodos de trabajo que se adapten mejor, lo que nos podrá ayudar a conseguir resultados que sí cumplan con las expectativas de lo que en realidad deseamos conseguir.

De hecho, organizarse bien antes de empezar a planificar nuestro trabajo es esencial, al igual que conocer cuáles son nuestros propios límites asociados con la concentración

Evidentemente, todos estudiamos con el propósito de rendir bien en un examen, por lo que es importante analizar el tiempo que tenemos disponible hasta llegar a ese momento, y organizarnos en consecuencia, lo que nos permite no repasar en el último momento. 

Además, poner a prueba nuestras habilidades de concentración nos permitirá estudiar de forma muchísimo más eficaz, ya que nos ayudará a la hora de conocer cuáles son nuestros propios límites antes de empezar.

Como manifiestan muchos especialistas, para aprobar un examen no es suficiente que los estudiantes lean y relean sus cursos. Esta es, de hecho, una de las principales conclusiones a la que llegan los psicólogos del aprendizaje.

Y es que para aprender algo a largo plazo sí existen métodos efectivos que funcionan, como cuestionarios personales, confección y diseño de tarjetas o diagramas… A continuación te ofrecemos algunos consejos y técnicas que podrían serte de muchísima ayuda. No te las pierdas.

Teniendo en cuenta lo más importante desde un principio: sé y mantente positivo, siempre

Ser positivo es fundamental a la hora de conseguir todo lo que nos propongamos, y en el estudio ocurre exactamente lo mismo. Para ayudarnos a ser más positivos, sobre todo a la hora de sentarnos a estudiar delante del temario, es necesario recordar algunas cosas elementales, como:


 

  • Recuerda lo esencial: estudias para aprender, has escogido estos estudios y es un placer enriquecerte con nuevos conocimientos.
  • Repítete que vas a tener éxito porque te gusta este aprendizaje que te permitirá hacer el trabajo que más deseas y te imaginas.
  • Tendrás éxito, porque trabajas para ello, con motivación, coraje y entusiasmo.
  • No te preocupes por otros estudiantes, ten en cuenta que cada persona tiene su propio ritmo, no te compares con los demás. Trabaja como mejor te parezca en función de tu capacidad de concentración.
  • No te concentres en los resultados que necesitas o desees obtener, ya que genera muchísimo estrés. Concentra tu energía positiva en tus estudios, y los métodos que utilizarás, adaptándose en consecuencia.

Evita solo leer las notas y lecciones

Es común que la mayoría de los estudiantes, cuando estudian, suelen releer sus conferencias y anotaciones, y muchos indican incluso que es su principal estrategia de estudio. Sin embargo, gracias a muchas investigaciones, muchos sabemos que este tipo de repetición y reciclaje de la información no es una forma muy útil de aprender, o de crear memoria permanente.

Por ejemplo, estudiantes de la Universidad de Washington, por ejemplo, muestran que releer un capítulo de un determinado libro no tiene resultado, puesto que tienen el mismo conocimiento que un estudiante que lee el texto una única vez.

¿Sabes exactamente por qué ocurre esto? En la primera lectura, es común que tendamos a extraer muchísima información. Sin embargo, en la segunda, leemos con una especie de “lo sé, lo sé” en nuestra mente, por lo que no profundizamos; dicho de otra forma, no obtenemos nada de él. Además, a menudo la corrección de pruebas es superficial y se trata de un método muy insidioso, puesto que nos da la ilusión de que realmente conocemos la información, cuando en verdad son solo lagunas.

Hacerte muchas preguntas

Una técnica tremendamente útil, en lugar de la corrección de pruebas, es el cuestionamiento personal mediante preguntas y cuestiones confeccionadas o creadas por nosotros mismos.

Básicamente, reelaborar la información es lo que nos proporciona un mejor aprendizaje y una mejor memoria, incluso aunque no podamos recordarlo, ya que, cuando nos equivocamos nos ofrece un diagnóstico bastante más preciso de aquello que no sabemos y que tenemos que volver a estudiar. Efectivamente, se trata de un método que nos ayuda a estudiar de forma no solo ordenada, sino mucho más eficiente.

Es más, cuando nos hacemos preguntas a nosotros mismos también nos ayuda a comprender de forma bastante más profunda. De esta forma, al hacerlo, generamos una mejor comprensión, lo que nos conduce a una mejor memoria y, sobre todo, a un mejor aprendizaje.

Conectando nueva información con la que ya conocemos

Otra estrategia bastante interesante y útil es relacionar algunos de los principios del texto, los más importantes, con lo que ya conocemos y sabemos en una segunda lectura.

Por ejemplo, si estudiamos cómo las neuronas transmiten la electricidad, una de las cosas que sabemos es que tiene vainas grasas alrededor de las neuronas, conocidas con el nombre de vainas de mielina, las cuales ayudan a la neurona en el proceso de transmisión de la electricidad, especialmente de forma mucho más rápida.

Así, podríamos asimilarlo al agua corriente en una tubería: el agua se mueve muy rápido a través de ella, pero si la perforamos, empezará a gotear y simplemente no tendrá el mismo flujo. Esto es exactamente lo que ocurre a medida que envejecemos, las vainas de mielina acaban rompiéndose y las transmisiones se vuelven mucho más lentas.

Reconocer la información de forma visual

Una forma realmente buena de estudiar es hacer diagramas, organigramas o modelos visuales. En definitiva, todo lo que puedes creer que ayuda a activar el aprendizaje y la autocomprensión, acabará siendo realmente eficaz a largo plazo.

La clave en estos casos básicamente está en ser menos pasivo, estar muchísimo más comprometido y preocupado por aprender para tener éxito.

Utiliza cartas y hojas

Las cartas o anotaciones son también una buena forma de aprender. Es más, una de las claves para utilizarlos de forma efectiva es probarnos a nosotros mismos en aquello que sabemos. 

En este sentido, es común que muchos estudiantes se hagan preguntas en una tarjeta y la guarden después de haberla respondido de forma correcta. Sin embargo, este no es el camino correcto a seguir, ya que es fundamental repetir el acto de recuerdo.

De hecho, los estudios demuestran que mantener un buen archivo en nuestro escritorio, y volver a usarlo, es muy útil. Y es que necesitamos practicar aquello que no sabemos, pero sin dejar de lado aquello que ya conocemos. ¡Eso también es importante!

La importancia de espaciar nuestro tiempo de estudio

Es habitual que muchos estudiantes tiendan a esperar hasta el último momento para estudiar; todo en una noche repiten la información una y otra vez. Pero, una vez más, las investigaciones demuestran que no es bueno para la memoria a largo plazo.

Si bien es cierto que podría ser útil para pasar la prueba o examen al día siguiente, al final, no retendremos la información que sí podríamos necesitar saber el próximo año. Y esto es lo que indican la mayoría de estadísticas.


Los estudiantes, cuando empiezan un nuevo curso, parece que ya se han olvidado de todo, precisamente porque estudiaron su examen en el último minuto. ¿La solución? Evidentemente, practicar cada día de forma espaciada, espaciando las repeticiones, lo que hará que la memoria sea más propensa a ser estimulada, por lo que el aprendizaje será mucho más sencillo y simple.