No hay duda: una buena conservación de los alimentos ayuda a evitar y a reducir al máximo cualquier riesgo de contaminación y de desarrollo de gérmenes nocivos para la salud. Si bien es cierto que determinados alimentos, como tomates, huevos o patatas no necesitan conservarse en la nevera, otros alimentos perecederos (como lácteos, carnes, pescados o lácteos preparados) sí deben ser adecuadamente conservados para no romper lo que se conoce como la cadena del frío.
De hecho, a partir de 4 ºC, el crecimiento de las bacterias es ilimitado. Y, a una temperatura menor de 18 ºC, su multiplicación se detiene por completo; es más, terminan volviéndose inactivas. Por tanto, es normal que llegue un momento en el que nos preguntemos qué alimentos deben ser realmente guardados en el refrigerador (o nevera) con la finalidad de evitar cualquier riesgo de contaminación por patógenos.
Queso
Los quesos, en especial los quesos frescos, deben ser almacenados en la nevera. Una temperatura máxima de 4 ºC es perfecta, porque una temperatura demasiado baja y una temperatura demasiado alta pueden terminar alterando su sabor y textura.
Para quesos menos frágiles, y maduros, bastará con conservarlo en el cajón de las verduras de la nevera. Eso sí, en caso de ser posible, puede incluso más recomendable tratar de almacenarlos en una bodega, donde siempre el nivel de frescura y humedad es moderada.
En cualquier caso, la mayoría de expertos aconsejan retirarlo de la nevera antes de consumirlo, preferiblemente entre una a dos horas antes de su consumo.
Productos lácteos
Además del queso, existen otros productos lácteos que deben ser siempre conservados en la nevera. Es el caso del yogur, por lo que es imperativo respetar la cadena de frío para evitar la proliferación de gérmenes patógenos, especialmente por tratarse de productos de organismos vivos.
La temperatura adecuada para almacenar los diferentes productos lácteos puede variar en función de la naturaleza de cada uno de los alimentos, pero es aconsejable recordar que el yogur y el queso necesitan una temperatura máxima de 4 ºC, mientras que la nata, la leche (una vez abierta) y la mantequilla pueden ser almacenadas a 6 ºC como máximo.
Eso sí, para aquellos productos que no se venden en la sección de productos frescos del supermercado (como, de hecho, ocurre con la leche en tetrabrik), no es necesario almacenarlos en la nevera, a menos que los hayamos abierto.
Salsas y platos preparados
Determinados platos como ensaladas de patatas, platos ya elaborados, los platos a base de mayonesa o las comidas que hayan sobrado deben guardarse en la nevera con la finalidad de evitar y reducir al máximo cualquier riesgo de contaminación.
Por ejemplo, si se va a consumir mayonesa casera lo recomendable es hacerlo dentro de las 24 horas una vez ha sido elaborada. No obstante, en el caso de verduras preparadas y pescado cocido, pueden permanecer en la nevera durante 2 días.
A la hora de almacenar una comida cocida y preparada, es fundamental esperar a que se haya enfriado por completo antes de guardarla en la nevera. Pero no es aconsejable excederse de las 2 horas, ya que esto ayudará a la hora de protegerlo de cualquier riesgo de contaminación.
Carne
El congelador es la forma perfecta de almacenar y conservar la carne. De hecho, es posible conservar en esa área del refrigerador los trozos de carne durante varios meses, manteniendo, eso sí, una temperatura media de -18 ºC.
Las piezas de carne almacenadas pueden ser colocadas en bandejas o congelarse en su embalaje original. Eso sí, en cuanto a las carnes que ya han sido cortadas, la vida útil en la nevera puede llegar a prolongarse durante varios días seguidos, siempre y cuando la nevera se mantenga a una temperatura máxima de 4 ºC.
No obstante, recuerda el siguiente consejo básico: el papel de aluminio no es muy adecuado para envolver carnes. ¿Sabes por qué? Principalmente porque podría acabar favoreciendo su oxidación.
Mariscos y pescados
La congelación es de muchísima ayuda a la hora de preservar tanto el sabor como la textura de los mariscos. Eso sí, en el momento de almacenarlos, deben ser distribuidos de forma que haya suficiente cantidad para una comida, lo que será de muchísima ayuda a la hora de evitar tener que descongelarlo todo.
En el caso del pescado, es imprescindible destriparlo antes de cualquier conservación, dado que las vísceras contienen una serie de sustancias nocivas que pueden acabar alterando la carne.
Si ponemos tanto el pescado como el marisco en el frigorífico, la temperatura ideal se sitúa entre 0 ºC y 2 ºC.
Algunos consejos útiles que te serán de mucha ayuda
La descongelación lenta y progresiva es de bastante utilidad a la hora de conservar todo el sabor de los alimentos. No solo eso, también es particularmente útil e interesante, sobre todo, para conservar su calidad. En este sentido, muchos expertos aconsejan retirar los productos del congelador el día anterior, introduciéndolos en la nevera, en lugar de usar el microondas.
En el caso del pescado, otro consejo muy útil es descongelarlo en la nevera o en agua fría, una opción muy recomendable.
Por otro lado, después de descongelar un determinado alimento, no es recomendable volverlo a congelar de nuevo. Es más, es de vital importancia intentar incluso consumirlo rápidamente, optando por cocinarlo pocas horas después, en caso de que no se trate de una comida ya preparada y / o cocinada.
Una de las principales funciones del refrigerador es conservar los alimentos, pero hay algunos alimentos que no deberían de estar ahí, por eso aquí te decimos cuales alimentos puedes guardar en el refrigerador y cuáles no.
Alimentos que no van en la nevera
Es común que guardemos todo tipo de alimentos dentro del refrigerador pensando que se conservaran por mayor tiempo, pero en algunos casos pasa todo lo contrario, como es el caso de algunos vegetales y frutas.
Durazno y melón
Para conservar el durazno y el melón es mejor dejarlos a temperatura ambiente ya que en el refrigerador puede llegar a perder su sabor, para que permanezcan intactos, déjalos en un frutero y trata de comparar pequeñas cantidades para evitar que se echen a perder.
Plátano, piña y aguacate
Las bajas temperaturas de la nevera pueden ocasionar que las enzimas que permiten madurar a estas frutas se pierdan, además otras enzimas comienzas a trabajar causando daños celulares dejando la fruta pasta o ennegreciendo la piel.
Tomate y cebolla
El tomate y la cebolla no deben de ir en el refrigerador, debido a que estos vegetales tiende a ponerse mohosos y el frío del refrigerador daña sus membranas interiores, en el caso del tomate esto ocasiona que se ponga pastoso e insípido, si ya lo tienes en la nevera un buen truco para recobrar su sabor, es dejarlo un día antes de ser consumido fuera de la nevera para que recupere su sabor.
Pan
Si quieres conservar la suavidad y la frescura de tu pan favorito, evita a toda costa meterlo al refrigerador, al contrario de lo que parece, el pan envejece más rápido con las bajas temperaturas, un truco es cortarlo en rebajadas y guardarlo en un recipiente.
Café
Sin importar su presentación, el café jampas debe de ir en la nevera, debido a que el café es poroso y funciona como una especia de esponja absorbiendo los olores y sabores que lo rodean, perdiendo su peculiar sabor.
Ajo y papa
Si guardas la papa en la nevera lo que ocasionaras será que los almidones de ésta se conviertan en azúcar por el frío por consiguiente su sabor cambiara, en cuanto al ajo el frío le ocasiona que crezca moho y se vuelva gomoso, lo ideal para guardar estos alimentos es usar canastos.
Hierbas frescas
El cilantro, perejil y demás hierbas que usamos para dar sabor a los alimentos al igual que el café absorben los olores que las rodean perdiendo su sabor original, pero si quieres guardarlas en el refrigerador un tip es colocarlas en un recipiente hermético o en una bolsa bien sellada.
Chocolate
A menos que haga demasiado calor guardar el chocolate en el refrigerador es una buena opción de lo contrario el frio de la nevera cambiara el sabor y su calidad.
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