Consejos para aliviar y calmar las quemaduras

Cómo aliviar quemaduras con estos consejos

Aunque las quemaduras superficiales pueden ser muy dolorosas, existen algunos consejos naturales útiles para reducir sus molestias.

Consejos para aliviar y calmar las quemaduras
No hay nada mejor para calmar una quemadura que el agua y el frío. Y otros consejos naturales que te descubrimos. | Foto: Istock

Tal y como coinciden en señalar muchos expertos, las quemaduras son considerados en realidad como los accidentes domésticos más comunes y frecuentes. Ya sea que ocurra en la cocina (lo más habitual), como durante la celebración de una barbacoa, una quemadura superficial, y poco profunda, puede ser calmada, aliviada y tratada en casa. Y, además, fácilmente.

De hecho, uno de los consejos más sencillos y simples pasa por dejar que el agua del grifo fría corra sobre el área de la piel que se ha quemado durante al menos 10 minutos, lo que será de muchísima ayuda a la hora de calmar y aliviar el dolor.

Igualmente, en aquellos casos en los que la quemadura permanezca poco profunda, y confinada únicamente a un área del cuerpo más bien pequeña, es perfectamente posible utilizar remedios naturales suaves que no solo alivien el dolor, sino que ayuden a promover el proceso de curación de la misma. 

Agua

Antes de utilizar cualquier remedio natural, para todas las quemaduras pequeñas (y, sobre todo, superficiales), siempre es recomendable colocar la lesión bajo el agua fría del grifo, preferiblemente a unos 10 centímetros del grifo, y a una temperatura de entre 10 a 15 ºC, permaneciendo debajo del agua entre 10 a 15 minutos (y no 5 minutos como solemos hacer siempre).

Se trata de un gesto que puede continuar durante más tiempo si es necesario, especialmente cuando el dolor vuelva a manifestarse de nuevo. De hecho, como señalan muchos expertos, cuanto más rápido lo hagamos más eficaz será, puesto que conseguiremos disminuir el dolor al máximo, detener la propagación del calor en profundidad y, por tanto, disminuir los daños al máximo.

Eso sí, a diferencia de lo que podríamos llegar a pensar y creer en un primer momento, no es ni mucho menos aconsejable utilizar cubitos de hielo

Por otro lado, debemos tener especial cuidado en caso de tener quemaduras mayores, al mismo tiempo que acudimos al médico si es preciso, ya que, en estos casos, la inmersión en agua fría debe ser breve (y puede, incluso, no ser muy recomendable).

A la hora de usar agua fría, solo debemos hacerlo en las quemaduras simples y pequeñas, con dolor, enrojecimiento y, posiblemente, que incluyan entre una a dos ampollas pequeñas, como mucho. 

Gel de áloe vera

Es muy probable que, a estas alturas, ya conozcas que el áloe vera es considerado como uno de los mejores remedios naturales que existen para el tratamiento y la curación de una amplia variedad de problemas de la piel.

Esto es debido a que las hojas carnosas de esta planta contienen una pulpa (o gel) tremendamente rico en agua, vitaminas, azúcares, minerales y aminoácidos, que destaca también por sus altas cualidades tanto hidratantes como reparadoras.

Por todo ello, es una opción natural muy útil para calmar las quemaduras superficiales más dolorosas, acelerando además el proceso de curación de la piel.

Pero, ¿cómo usarlo? Es en realidad muy sencillo: basta con aplicar el gel de áloe vera en una capa gruesa, sobre el área de la piel a tratar, un máximo de 3 veces al día. Si lo deseas, puedes cubrir el área con la ayuda de un vendaje limpio, y dejar que la piel absorba el gel por completo.

Nuevamente, puedes repetir hasta que la piel dañada se despegue, y aparezca nueva piel debajo. 

Hierba de San Juan

Con la hierba de San Juan  es perfectamente posible elaborar una maceración  útil por sus cualidades cicatrizantes, antiinflamatorias y descongestionantes. De hecho, aplicar este macerado sobre las quemaduras, tres veces al día, puede ser de muchísima ayuda a la hora de conseguir mejorar los síntomas al máximo.

Y lo que es aún más interesante: es tan sencillo de aplicar que solo basta con masajear el producto hasta que penetre bien en la piel. Eso sí, al ser fotosensibilizante no es recomendable exponerse al sol después de su aplicación durante un período de 24 horas.

Miel

Con la miel  es posible elaborar un bálsamo curativo, cien por cien libre de bacterias, que ayude a evitar la sobreinfección, puesto que ayuda a generar las condiciones óptimas no solo para favorecer el proceso de curación, sino incluso acelerarlo al máximo.

No en vano, las propiedades curativas y antisépticas de este alimento están, por lo general, muy bien establecidas. Y es que en su composición nos encontramos con una enzima secretada por las abejas, capaz de estimular la vascularización y la multiplicación de nuevas células, favoreciendo con ello la cicatrización.

También proporciona un interesantísimo efecto antiséptico, gracias a la presencia en su composición de una serie de proteínas que ayudan a prevenir y evitar la proliferación de bacterias, reforzando con ello la inmunidad.

En caso, eso sí, de que la quemadura sea un poco más profunda, lo más recomendable es que sea el profesional médico quien lo aplique, preferiblemente en una capa gruesa sobre la herida, dejando el área luego cubierta con la ayuda de una compresa médica.

No obstante, en caso de que la quemadura es superficial (lo más común cuando la quemadura es de primer grado), es posible aplicarnos este remedio natural nosotros mismos. Basta con utilizar un poco de miel, aplicándola directamente sobre el área a tratar, y tapar luego con la ayuda de una compresa limpia. 

Eso sí, en caso de ser alérgicos a productos apícolas es de vital importancia no utilizarla.

¿Cómo aplicarla? Una vez hemos puesto la quemadura superficial bajo el agua del frío fría, podemos optar por aplicarnos una fina capa de miel, cubriendo posteriormente con la ayuda de una compresa esterilizada (eso sí, no es ni mucho menos recomendable perforar la ampolla, en caso de que la haya).


Es recomendable repetir este proceso todos los días, optando siempre por usar miel de calidad, preferiblemente de forma orgánica. También es aconsejable conservar la miel en un lugar fresco.

Pasta de dientes de menta

Cuando accidentalmente tocamos algo muy caliente, sin protegernos las manos, o nos salpicamos con líquido caliente (algo muy común cuando estamos cocinando en la cocina con aceite para freír), es posible usar pasta de dientes de menta, lo que proporciona un alivio casi instantáneo.

En primer lugar, debemos proceder a sumergir la parte de la piel quemadura de nuestro cuerpo en agua fría (recuerda, no es muy recomendable que sea agua helada), Luego, debemos secar la herida bien con la ayuda de una toalla limpia. Y, finalmente, esparcir un poco de pasta de dientes de menta sobre la quemadura.

Extracto natural de vainilla

En caso de que tengamos quemaduras leves, podemos optar por probar el extracto de vainilla, lo que sería de mucha utilidad a la hora de calmar y aliviar las molestias.

Para usarlo, basta con usar un hisopo de algodón y aplicar una delgada capa de extracto de vainilla sobre la quemadura que vayamos a tratar. Además, la evaporación del alcohol en el líquido ayudará a calmar la sensación de ardor.

Bolsitas de té negro

¿Sabías que el té negro contiene ácido tánico? Se trata de un compuesto capaz de absorber el calor de la piel, por lo que puede ser de muchísima ayuda a la hora de proporcionar cierto alivio ante quemaduras cutáneas superficiales.

De hecho, es común el uso de bolsitas de té negro para aliviar tanto el dolor de muelas como cualquier otra dolencia menor. Por lo que, para calmar el dolor asociado a la quemadura, debemos colocar dos o tres bolsas de té negro enfriado, principalmente en el área dolorida. Luego, tapar con la ayuda de un vendaje, manteniéndolo así en el lugar a tratar.

Vinagre blanco

El vinagre blanco  contiene ácido acético, que también encontramos presente de forma natural en la aspirina. Es realmente útil a la hora de aliviar la inflamación, la irritación y el dolor, tan comunes después de una quemadura.


Además, también proporciona interesantes cualidades tanto antisépticas como astringentes, útiles para prevenir las infecciones cutáneas, y ayudar a calmar la sensación de calor, a la vez que alivia y reduce el dolor al máximo.

¿Cómo usarlo? Es muy sencillo: solo tienes que sumergir un pañuelo de papel en vinagre blanco, con la finalidad de crear una compresa con cualidades antisépticas y relajantes. O, bien, usar un hisopo de algodón para aplicar el vinagre blanco directamente sobre la quemadura. 

Leche

Se trata posiblemente de uno de los remedios naturales más populares y tradicionales. Y es que las grasas y las proteínas naturalmente presentes en la leche pueden ser de bastante utilidad a la hora de aliviar las quemaduras, favoreciendo con ello el proceso de cicatrización natural.

Para hacerlo, solo tenemos que remojar la herida en leche durante un período máximo de 15 minutos, lo que nos ayudará a conseguir un alivio mucho más rápido.

Eso sí, en lo que a los distintos tipos de leche se refiere, es mejor optar por la leche entera o por el yogur, repletos de grasas saludables, lo que podría ser de mucha utilidad para calmar la sensación de ardor, a la vez que hidratan el área de la piel dañada.

Aceite de lavanda

¿Sabías que fue un químico de origen francés quien descubrió, a principios de la década de 1900, el poder curativo del aceite de lavanda? Se trata de una opción natural muy interesante en el cuidado de las quemaduras superficiales de la piel.

Para usarlo basta con diluir una cucharadita de aceite esencial de lavanda puro en un poco de agua, remover bien y rociar aplicando sobre la quemadura, tantas veces como sea necesario.

Por otro lado, también debemos indicar que el aceite de hamamelis, y el aceite de árbol del té, son igualmente dos opciones interesantes -además de eficaces- para calmar las quemaduras más leves.

Aceite de coco

El  aceite de coco es considerado como una fuente excelente de vitamina E, convirtiéndose en una opción natural excelente para proteger la piel de la acción negativa de los radicales libres, además de calmar y aliviar la piel.

Por otro lado, también es rico en ácidos grasos, convirtiéndolo en un excelente antibacteriano y antifúngico, útil para la prevención de las quemaduras cutáneas. 

¿Cómo usarlo? Después de quemarnos la piel, podemos intentar mezclar un poco de jugo de limón (rico en vitamina C) con aceite de coco. Una vez combinados, masajeamos con suavidad este remedio natural sobre la herida.

Por un lado, la acidez naturalmente presente en el jugo de limón ayudará a reducir la apariencia de la cicatriz, mientras que el aceite de coco ayuda a curar la herida, proporcionando nutrición.

Avena

La avena proporciona interesantes beneficios nutritivos, motivo por el cual es considerada como una de las mejores opciones para el desayuno. Y, aplicada sobre la piel, proporciona cualidades calmantes y antiinflamatorias, siendo, de hecho, particularmente eficaz a la hora de curar y aliviar una quemadura.

Para usarla basta con añadir una taza de avena al agua del baño, y sumergirlos en él durante un período de 20 minutos, lo que será de mucha ayuda para aliviar la quemadura.

Pero si deseas aumentar su efectividad, puedes añadir bicarbonato de sodio al agua del bajo, lo que ayudará a reducir la inflamación existente alrededor de la quemadura.

No obstante, en caso de quemaduras de pequeño tamaño, puedes optar por añadir simplemente un poco de avena en un recipiente pequeño con agua (preferiblemente un cuenco o cacerola grande), y remojar el área de la quemadura en ella. Luego, basta con dejarlo secar al aire, para que quede una fina capa de avena sobre la piel, a la vez que ayuda a calmar el dolor.